Cómo plantar una semilla de mango y cultivarla con éxito en una maceta

El mango es una de las frutas tropicales más deliciosas y nutritivas. Si alguna vez te has preguntado si es posible cultivar un árbol de mango en casa, la respuesta es sí. Con los cuidados adecuados, puedes hacer germinar una semilla de mango y cultivarla en una maceta hasta que se convierta en un hermoso árbol.

Paso 1: Elegir y preparar la semilla
Para comenzar, selecciona un mango maduro y extrae su semilla. Lávalo bien para eliminar cualquier resto de pulpa. Luego, con cuidado, utiliza un cuchillo o tijeras para abrir la cáscara dura que recubre la semilla interna. Retira la semilla con cuidado para no dañarla.

Paso 2: Germinación de la semilla
Envuelve la semilla en una servilleta de papel húmeda o colócala en algodón mojado. Luego, métela en una bolsa de plástico o en un recipiente con tapa para crear un ambiente húmedo. Déjala en un lugar cálido y oscuro durante aproximadamente una o dos semanas, revisándola periódicamente para asegurarte de que no se seque. Cuando la semilla comience a brotar y tenga una raíz de unos 3-5 cm, estará lista para ser sembrada en una maceta.

Paso 3: Plantar la semilla en la maceta
Elige una maceta de al menos 20 cm de profundidad con buen drenaje. Usa una mezcla de tierra rica en nutrientes y asegúrate de que sea ligera para permitir un buen desarrollo de las raíces. Planta la semilla con la raíz apuntando hacia abajo y cubre solo la mitad con tierra. Mantén el sustrato húmedo, pero sin encharcar.

Paso 4: Cuidado del árbol de mango
Ubicación: Coloca la maceta en un lugar donde reciba al menos 6 horas de luz solar directa al día.
Riego: Mantén la tierra húmeda, pero evita el exceso de agua, ya que puede provocar que la raíz se pudra.
Abono: Usa fertilizante orgánico una vez al mes para promover el crecimiento.
Trasplante: Cuando el árbol crezca y sus raíces llenen la maceta, transplántalo a una más grande o al suelo si tienes espacio.
Siguiendo estos pasos, en unos meses tendrás un pequeño árbol de mango creciendo en casa. ¡Con paciencia y dedicación, podrás disfrutar de tu propio árbol frutal!

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