Fibromialgia: más allá de la frase “la enfermedad de las emociones no expresadas”
La fibromialgia es un trastorno crónico caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado, fatiga, alteraciones del sueño y dificultades cognitivas. Aunque no tiene una causa única conocida, sí se reconoce que es el resultado de una interacción compleja entre factores genéticos, neurológicos, ambientales y emocionales.
A menudo, se ha referido a la fibromialgia como “la enfermedad de las emociones no expresadas”. Esta frase, aunque popular, no representa una definición médica oficial, sino que más bien refleja una interpretación emocional y simbólica de la condición. Se basa en la idea de que la represión emocional prolongada puede somatizarse en el cuerpo, generando tensiones que eventualmente se manifiestan como dolor crónico. Si bien esta visión puede ser válida para algunos pacientes desde una perspectiva psicosomática o terapéutica, es reduccionista cuando se utiliza como única explicación.
Desde un enfoque médico y científico, la fibromialgia se asocia con una alteración en la forma en que el sistema nervioso central procesa las señales de dolor. Es decir, el cerebro y la médula espinal amplifican las sensaciones dolorosas, incluso cuando no hay un daño físico evidente. Además, muchos estudios han identificado que las personas con fibromialgia presentan niveles más bajos de serotonina, dopamina y otros neurotransmisores implicados en la percepción del dolor y el estado de ánimo.
También existe una fuerte asociación con condiciones psicológicas como la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático. Esto no significa que la fibromialgia “esté en la mente”, sino que el dolor físico y el malestar emocional interactúan constantemente, influyéndose mutuamente.
Es cierto que muchos pacientes reportan que situaciones de estrés emocional o traumas no procesados precedieron al inicio de sus síntomas. Por ello, abordar las emociones y la salud mental puede ser parte clave del tratamiento, pero no se debe ignorar el componente físico y neurológico de la enfermedad.
En resumen, la fibromialgia es una condición real, compleja y multifactorial. Reconocer la conexión entre cuerpo y mente es importante, pero también lo es evitar simplificaciones que puedan invalidar el sufrimiento físico de quienes la padecen. Un abordaje integral, que combine tratamiento médico, psicológico y cambios en el estilo de vida, ofrece el camino más efectivo hacia una mejor calidad de vida.
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